miércoles, 19 de febrero de 2014
Crowdsourcing, Pokémon y monos alborotados.
Llevo un par de días siguiendo algo que me tiene enamorado, y de lo que quizás halláis leído si seguís blogs relacionados con los vídeo juegos o la tecnología, y si no, de aquí a un tiempo lo veréis aparecer por vuestras pantallas, de eso estoy seguro.
Para empezar y ponernos en situación, existe un teorema conocido como el del mono infinito, planteado por Émile Borel en 1913, por el cual:
Un mono pulsando teclas al azar sobre un teclado durante un periodo de tiempo infinito casi seguramente podrá escribir finalmente cualquier libro que se halle en la Biblioteca Nacional de Francia.
Y bien, esto a lo que me refiero se trata de Twitch Plays Pokemon.
Twitch es una plataforma de streaming, nacida de la más longeva Justin TV, y dedicada a la retransmisión tanto de eventos de vídeo juegos competitivos profesionales (conocidos como esports), como canales de individuos que deciden retransmitir mientras juegan e interactúan con su audiencia.
Un programador decidió llevar a cabo un experimento para llevar esa interacción al máximo exponente, creando un bot, que permitiera a la gente viendo el canal, introducir ordenes por medio del chat integrado de la plataforma.
Deseó ver si era posible que entre todas las personas que desearan participar eran capaces de terminar un juego que el 99% del público había jugado con anterioridad, el longevo Pokémon Rojo, de hace 15 años.
A toda la gente introduciendo comandos hay que añadirle el retraso entre introducir comandos y lo que se ve en la pantalla. Y por si no fuera poco, la cantidad de personas que solo querían ver el mundo arder y estaban allí para sabotear los esfuerzos del resto, los conocidos Trolls de internet.
Algunas zonas, que normalmente no suponen ninguna complicación en una partida normal, se convertían en elementos de una complicación absurda, ya que una sola persona introduciendo un comando mal suponía volver atrás el esfuerzo de media hora, o incluso más. Cortar un árbol que en el juego cuesta apenas 5 segundos elegir los comandos, puede costar 5 o 6 horas.
Y es que este experimento da una vuelta de tuerca a ese teorema, puesto que se trata de 20.000 monos aporreando una sola maquina de escribir, la mitad gritan e intentan avanzar, mientras que la otra mitad dan vueltas y tiran mierda al resto.
Desde el primer día, el numero de televidentes ha ido creciendo, la última vez que lo comprobé la pasada noche había 105.000 personas observando las andanzas de este Red robótico, controlado por miles de personas a la vez.
Muchos vaticinaban que nunca conseguirían nada. Sin embargo, a estas alturas y tras casi 6 días de juego continuado, el canal ha conseguido reunir cuatro de las ocho medallas de gimnasios, y avanza sin prisa pero sin pausa para convertirse en maestro Pokemon.
Además la gente no está colaborando solo en conseguir completar el juego, están apareciendo infinidad de blogs y salas de chat donde la gente de forma espontanea se coordina, y colabora con cosas como crear mapas, mantener objetivos, hacer lineas temporales, e incluso crear historia y hacer ilustraciones de la aventura.
No puedo evitar relacionar esto con el concepto del Crowdsourcing, y es un claro ejemplo de que no importa lo grandes que sean las dificultades , e incluso que entre tus colaboradores tengas saboteadores, el poder del trabajo en equipo y la voluntad de avanzar hacen que se pueda llevar acabo la más ardua tarea.
La verdad es que con cosas como estas a veces se recupera un poquito la fe en la humanidad.
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