domingo, 24 de agosto de 2014

Pvt. Wilhem y la conexión Star Wars

Como se puede dar a entender por el título del blog y la gente que me conoce lo sabe, me encanta mirar los anuncios con atención, soy de esa gente que ve la supperbowl por la pausa del medio tiempo.
Y es que la publicidad nos da joyas del humor canciones del verano y muchas otras cosas maravillosas, el anuncio del que voy a hablar hoy sin embargo, aunque mucha gente lo calificaría de caspa, para mi por casualidad o genialidad, y me quiero inclinar por lo segundo, tiene algo muy grande.


Gente que sepa un poco de cultura cinéfila reconocerá automáticamente el Wilhem Scream tan impunemente usado en el anuncio, que parece quedar muy cutre, sin embargo este grito tan peculiar tiene una historia de fondo.
Este sonido se utilizó por primera vez en la película Tambores Lejanos en 1951 y se guardó en el archivo de sonidos de la Warner, ahí lo encontró en jefe de sonido de Star Wars, que lo utilizó en todas las películas de la trilogía original. Desde entonces se ha utilizado en la trilogía de Indiana Jones, La segunda trilogía de Star Wars, la saga de Piratas del Caribe y todas las películas de El Señor de los Anillos, además de muchas otras películas y series de televisión. Quizá no mucha gente se acuerde de eso, pero ahí está.


Todo esto no pasaría de lo anecdótico de no ser porque nuestro cerebro tiene formas muy peculiares de funcionar y se dedica a asociar recuerdos, ideas y sensaciones. Así pues, al escuchar este grito, inconscientemente recordamos esas películas que tan buenos ratos nos han hecho pasar, cada cual la suya, ya que están espaciadas en el tiempo y todo el mundo tiene unas que vio de joven y le marcaron.


Estas relaciones se conocen como conexiones sinápticas del cerebro y dependiendo de la fuerza que tengan es complicado hacerlas desaparecer, sobre todo para asuntos negativos, pues el cerebro las utiliza como autodefensa.
La gracia es que el cerebro realiza conexiones como una red de carreteras estableciendo conexiones de segundo y tercer nivel  y es por eso que de un comparador de coche pasamos a felicidad juvenil por medio de un grito y una película.


A la hora de plantear acciones de rebranding es importante acordarse de esto y en mi próxima entrada trataré sobre el asunto y la importancia de los colores.

miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Aquí comen niños?

Se que en los últimos meses no he publicado nada, sin  embargo por una vez creo tener una excusa válida si digo que estaba esforzándome en los últimos exámenes que me quedaban y mi trabajo de fin de carrera. Pudiendo decir ahora que soy un graduado.
Sin embargo esta entrada llevaba ya meses barruntándola, y ayer mientras intentaba dormirme al calor de Agosto no podía dejar de pensar en escribirla, así que pongámonos a ello.

La historia de hoy comienza como tantas otras con una experiencia personal que me impactó. Llevaba yo apenas unas semanas en Bélgica como estudiante Erasmus, y ese día comprendí un poquito más si cabe el termino "Shock cultural".
Estaba yo comprando en el Delhaize de cerca de la residencia acompañado por una compañera sudafricana, cuando la vi un poco sobresaltada por momentos al mirar a las estanterías. No recuerdo cual era la marca, pero era algo parecido a la imagen a la derecha, un inocente potito. O lo hubiera sido de no ser por que en la etiqueta aparecía un niño, algo que nos puede resultar normal aquí. Sin embargo en Sudáfrica es otra historia, tras calmarse me explicó, que dado el alto nivel del analfabetismo que allí tienen por ley debe aparecer en la etiqueta los productos con los cuales se elabora el alimento, y de haber tenido ese tarro allí significaría que estaba hecho con niños triturados, y que yo sepa Soylent ya se fabrica pero no todavía con humanos.

¿A donde quiero yo llegar con esto? pues muy sencillo, y es que si alguna vez queremos dar un cariz internacional a un negocio o producto debemos tener mucho cuidado  con las costumbres de donde vamos a trabajar.
Y es que el caso de las etiquetas con niños es menos conocido y tendrían que informarse de la legislación antes de poder etiquetar, pero tenemos conocidos casos con nombres de marcas que escandalizarían en las estanterías de otros países, y es que si quieren vender Bimbo en América, más les vale darle otro nombre que no haga referencia a mujeres busconas descerebradas de grandes y protuberantes senos. Como tuvieron que cambiarle el nombre al Mitsibishi Pajero por Montero ya que por algún extraño motivo no se estaba vendiendo demasiado bien en España.
Sin embargo mi favorito por su significado y el tipo de producto siempre será Pocari Sweat, marca de refrescos coreana cuyo significado en ingles es sudor. ¡Eso si es elegir bien un nombre!